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Nelson Mandela
Talleres y Terapias es una opcion de vida desde el Aqui-Ahora. Es un compartir la busqueda y el camino de una vida mas plena y lejos del dolor neurotico. Espero que los visitantes hagan su aporte a esta idea incluyendo sus comentarios en los diversos articulos. Gracias
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos cent ímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parec ía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvi ó a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acept ó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree (pobre) que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
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Mi madre
En mí mismo veo a mi padre y a mi madre, cuya sangre, carne y vitalidad están circulando en mis propias venas y nutriendo cada una de mis células. A través de ellos veo a mis cuatro abuelos. Sus expectativas, experiencias y sabiduría han sido transmitidas desde tantas generaciones de antepasados. Llevo en mí la vida, sangre, experiencia, sabiduría, felicidad y tristeza de todas las generaciones. El sufrimiento y todos los elementos que necesitan ser transformados, Yo estoy transformando. Abro mi corazón, carne y huesos para recibir la energía de comprensión, amor y experiencia que me es transmitida a través de todos mis antepasados. Veo mis raíces en mi padre, madre, abuelos, abuelas y todos los antepasados. Sé que sólo soy la continuación de este linaje ancestral. Por favor, denme su apoyo y protección y transmítanme su energía. Sé que donde quiera que hay hijos y nietos hay también antepasados. Sé que los padres siempre aman y apoyan a sus hijos y nietos aunque no siempre sean capaces de expresarlo con habilidad debido a las dificultades que ellos mismos han encontrado. Veo que mis antepasados trataron de construir una forma de vida basada en la gratitud, alegría, confianza, respeto y amor bondadoso. Como una continuación de mis antepasados, me postro profundamente y permito que su energía fluya por mí. Le pido a mis antepasados su apoyo, protección y fuerza.
(Campana)
(Respirar profundamente 3 veces)
(Ponerse de pie)
En gratitud, me postro ante todas las generaciones de antepasados de mi familia espiritual.
(Campana)
(Postrarse)
Veo en mí mismo a mi maestros, aquellos que me enseñan el camino del amor y el entendimiento, la forma de respirar, sonreír, perdonar y vivir con profundidad en el momento presente. Veo a través de mis maestros, a todos los maestros de muchas generaciones y tradiciones, llegando hasta aquellos que comenzaron mi familia espiritual miles de años atrás. Veo al Buda como mi maestro y también como mi antepasado espiritual. Veo que la energía del Buda y la de muchas generaciones de maestros ha entrado en mi, creando paz, alegría, entendimiento y bondadoso amor en mí. Sé que la energía del Buda ha transformado profundamente al mundo. Sin el Buda y sin todos esos antepasados espirituales, no sabría el camino a practicar para traer paz y felicidad a mi vida y a las vidas de mi familia y la sociedad. Abro mi corazón y mi cuerpo para recibir la energía del entendimiento, amor compasivo y protección de los Despertados, sus enseñanzas y la comunidad de la práctica a través de las generaciones. Yo soy su continuación. Le pido a estos antepasados espirituales me transmitan su fuente infinita de energía, paz, estabilidad, entendimiento y amor. Tomo el voto de practicar la transformación del sufrimiento en mí y en el mundo y a transmitir su energía a las futuras generaciones de practicantes.
(Campana)
(Respirar profundamente 3 veces)
(Ponerse de pie)
En gratitud, me postro ante esta tierra y a los antepasados que la hicieron disponible.
(Campana)
(Postrarse)
Veo que estoy íntegro, protegido y nutrido por esta tierra y por todos los seres vivos que han estado aquí y, con todos sus esfuerzos, han hecho la vida fácil y posible para mí. Veo a los pueblos originarios, a los conquistadores y a los patriotas, y todos los demás conocidos o desconocidos. Veo a todos aquellos que han hecho de este país un refugio para la gente de tantos orígenes y razas, con su talento, perseverancia y amor, aquellos que han trabajado duro para construir escuelas, hospitales, puentes y caminos, para proteger los derechos humanos, para desarrollar la ciencia y la tecnología y para luchar por la libertad y la justicia social. Me veo contactando mis antepasados indígenas, que han vivido en esta tierra durante tanto tiempo y conocen las formas de vivir en paz y armonía con la naturaleza, protegiendo las montañas, bosques, animales, vegetación y minerales de esta tierra. Siento la energía de esta tierra penetrando mi cuerpo y alma, apoyándome y aceptándome.
Tomo el voto de cultivar y mantener esta energía y transmitirla a las futuras generaciones. Tomo el voto de contribuir a transformar la violencia, el odio y las falsas ilusiones que todavía yacen profundas en la conciencia colectiva de esta sociedad, de manera que futuras generaciones tengan más seguridad, alegría y paz. Le pido a esta tierra su protección y apoyo.
(Campana)
(Respirar profundamente 3 veces)
(Ponerse de pie)
En gratitud y compasión, me postro y transmito mi energía a aquellos que amo.
(Campana)
(Postrarse)
(Respirar profundamente 3 veces)
(Ponerse de pie)
5. En comprensión y compasión, me postro para reconciliarme con aquellos que me han hecho sufrir.
(Campana)
(Postrarse)
Abro mi corazón y envío toda mi energía y comprensión a cada uno de los que me han hecho sufrir, a aquellos que han destruido gran parte de mi vida y de la vida de los que amo. Ahora sé que estas personas han experimentado mucho sufrimiento y que sus corazones están recargados de dolor, enojo y odio. Sé que cualquiera que sufra tanto hará sufrir a los que están cerca de él o ella. Sé que pueden haber tenido poca suerte, sin haber tenido nunca la oportunidad de que los cuidaran y amaran. La vida y la sociedad les han dado tantas dificultades. Han sido agraviados y abusados. No han sido guiados por el camino de la vida consciente. Han acumulado percepciones equivocadas sobre la vida, sobre mí y sobre nosotros. Nos han hecho mal a nosotros y a las personas que amamos. Ruego a todos mis antepasados en mis familias de sangre y espiritual que canalicen hacia estas personas que nos han hecho sufrir su energía de amor y protección, de manera que sus corazones sean capaces de recibir el néctar de amor y de florecer. Ruego que puedan ser transformados, de manera que puedan experimentar la alegría de vivir, para que no sigan causándose sufrimiento y haciendo sufrir a los demás. Veo su sufrimiento y no deseo mantener ningún sentimiento de odio o enojo en mí hacia ellos. No deseo que sufran. Canalizo mi energía de amor y comprensión hacia él, ella o ellos y le pido a mis antepasados que les ayuden ayuden.
(Campana)
(Respirar profundamente 3 veces)
(Ponerse de pie)
5. (opcional) En agradecimiento y compasión, hago una reverencia a mis viejas raíces espirituales.
Me veo como un niño, en la iglesia o la sinagoga, listo para el sermón o la ceremonia -Yom Kippur, La Santa Comunión ... Veo al cura, al pastor, ministro, rabino y a la gente de la congregación. Recuerdo qué difícil fue estar allí y hacer cosas que no entendía o quería hacer. Sé que la comunicación era difícil y que no recibí y que no recibí mucha alegría y nutrición de esas ceremonias. Me sentía ansioso e impaciente. Debido a la falta de comunicación y entendimiento entre mi familia espiritual y mí, dejé a mi rabino, mi pastor, mi sinagoga, mi iglesia. Perdí el contacto con mis antepasados espirituales y quedé desconectado de ellos. Ahora sé que hay joyas en mi tradición espiritual, y que la vida espiritual de mi tradición ha tenido una contribución importante a la estabilidad, alegría y paz de mis antepasados de muchas generaciones. Sé que aquellos que practican mi tradición espiritual no tuvieron éxito en transmitírmela, en transferirla a nosotros. Quiero regresar con ellos para redescubrir los grandes valores espirituales que hay en mi tradición, para mi propia nutrición y la de mis hijos y sus hijos. Quiero conectarme otra vez con mis antepasados espirituales y lograr que su energía espiritual fluya otra vez libremente en mí. Veo a Moisés, a Jesús y a muchos otros como mis antepasados espirituales. Veo a maestros de muchas generaciones en estas tradiciones como mis antepasados espirituales y en este momento hago una reverencia a todos ellos.
(Campana)
(Respirar profundamente 3 veces)
(Ponerse de pie)
El Buscador
Jorge Bucay
Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador. Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día nuestro Buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó Kammir a lo lejos, pero un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. Estaba rodeaba por completo por una especie de valla pequeña de madera lustrada, y una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar.
El Buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como por azar entre los árboles. Dejó que sus ojos, que eran los de un buscador, pasearan por el lugar... y quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción. “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, y sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar…
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Al acercarse a leerla, descifró: “Lamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.
El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
- No, ningún familiar – dijo el buscador - Pero... ¿qué pasa con este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano cuidador sonrió y dijo:
"Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré... Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta, como ésta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de entonces, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana, dos? ¿tres semanas y media? Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? ¿y el casamiento de los amigos? ¿y el viaje más deseado? ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones? ¿horas? ¿días?…
Así vamos anotando en la libreta cada momento, cada gozo, cada sentimiento pleno e intenso... y cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ése es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido."
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